domingo, 5 de octubre de 2008

combustión espontánea humana




La Combustión Espontánea Humana





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En muchos casos la combustión llega a perforar el piso. Como hombre de ciencia, consideraba las pruebas históricas como un dato no comprobado de la creencia en la Che, más que como pruebas reales de muertes por incendio espontáneo. Además, se lamentaba de la falta de testigos expertos y no tomaba en cuenta otros testimonios, porque "proceden de personas ignorantes, sin experiencia en la observación y llevan en sí mismos la marca de no ser dignos de confianza".
Por otra parte, han sido varios los intentos de dar una explicación científica a la Che. Entre ellos destaca el de algunos médicos de principios de siglo, pioneros de la patología. Según su teoría, en ciertas condiciones el cuerpo puede generar gases que se queman al entrar en contacto con el oxigeno. Así por ejemplo, el ilustre científico barón Karl von Reichenbach escribió sobre el "miasma de putrefacción" de los cuerpos humanos. Sin embargo, Liebig no encontró pruebas de que este gas existiese "en cuerpos sanos o enfermos, ni siquiera en la putrefacción de cuerpos muertos".

Dixon Mann y W. A. Brend, en su Forensic Medicine and Toxicology (1914), explicaron el caso de un hombre obeso que murió dos horas después de ingresar en el hospital Guy de Londres, en 1885. Al día siguiente se encontró su cuerpo muy hinchado, con la piel distendida y completamente lleno de gas, a pesar de que no había señales de descomposición. "Cuando se le pinchó en la piel, el gas salió y se quemó con una llama parecida a la del hidrógeno; ardieron simultáneamente más de una docena de llamas." Si el hombre hubiese muerto en su casa, cerca de un fuego, hubiéramos tenido otro caso de "combustión espontánea".

De todas maneras, un gas de este tipo dentro de los tejidos del cuerpo seria fatalmente tóxico, y provocaría una grave enfermedad o incluso la muerte de la víctima.

Normalmente estos síntomas no se manifiestan: a menudo las víctimas han sido vistas vivas poco antes de que se quemaran. Esta teoría tampoco sirve para explicar el hecho de que los vestidos permanezcan muchas veces intactos sobre el cuerpo carbonizado.

Como alternativa a la teoría de la enfermedad, podríamos considerar que ciertas funciones orgánicas o mecánicas de los procesos del cuerpo están alteradas. Ivan Sanderson. y antes que él Vincent Gaddis, estudiaron la formación de fosfágenos en el tejido muscular, en especial la vitamina B1.

En ciertas personas sedentarias, el fosfágeno, compuesto similar a la nitroglicerina y de formación endotérmica, podría acumularse en cantidades anormales, de manera que los cuerpos se volvieran fácilmente combustibles. Esto podría explicar la propensión de algunas personas a arder, pero falta aún identificar el por qué de la "chispa de encendido".

Los casos de Che que afectan a varias personas a la vez son extremadamente raros. El barón Liebig pensó que el hecho de que se produjesen simultáneamente varios casos de Che refutaba la citada teoría de la enfermedad, puesto que según su experiencia una enfermedad no seguía nunca el mismo curso en dos o más personas en cuanto a síntomas, culminando con sus muertes simultáneas. Ciertamente, ninguna de las enfermedades sugeridas provoca tales efectos.

En la mayor parte de testimonios sobre Che, el escepticismo es el que domina; si contamos con un considerable número de casos, ha sido gracias a los esfuerzos de personas como charles Fort. El fue el primero que se ocupó de compilar relatos de fenómenos extraños. La fuente principal de donde se ha extraído esta información han sido los periódicos y, sobre todo, las revistas médicas: son los médicos forenses y sus ayudantes quienes tienen la poco envidiable tarea de enfrentarse con pruebas que parecen contradecir las leyes físicas y las opiniones médicas. Es inevitable que en los informes que ellos redactan se hagan suposiciones acerca de tropezones con estufas, chispas, fumadores descuidados y, en el caso de niños, de juegos con cerillas.

Sin embargo, fue el interés médico-legal el que mantuvo viva la idea de la Che, junto con los patólogos que confirmaron primero el fenómeno y después lo rechazaron en favor de la combustión preternatural. Además, cabía la posibilidad de que un asesino simulara una Che para ocultar su crimen. Uno de los primeros casos ocurrió en Reims, en 1725, cuando Jean Millet, un posadero, fue acusado de mantener relaciones con una bella criadita y matar a su mujer. Ésta, que bebía a menudo, fue hallada una mañana a unos 30 cm de la chimenea.

Según se dijo entonces, "sólo una parte de la cabeza, con una porción de las extremidades inferiores y unas pocas vértebras, habían escapado a la combustión. Unos 45 cm del pavimento debajo del cuerpo se habían consumido, pero una artesa y un mortero que estaban muy cerca no habían sufrido daños". Un joven médico ayudante, llamado Le Cat, se hospedaba en la posada, y logró convencer al tribunal de que ésta no era una muerte ordinaria por quemaduras sino una "visita de Dios" a la mujer borracha y un resultado obvio de empaparse las tripas con alcohol. Millet fue declarado inocente y le Cat se transformó en un médico distinguido que publicó una memoria acerca de la Che.

Más de un médico podría contar que a lo largo de su carrera ha observado combustiones fatales y misteriosas, aunque dichos informes suelen surgir de manera espontánea y casual, y no suelen reflejarse en la prensa. Según la experiencia de algunos médicos, se presenta aproximadamente una vez cada cuatro años.

De hecho, los modernos investigadores de la Che desmienten la idea de que el fenómeno sea tan poco frecuente como sugieren algunos comentaristas. Existen cada vez más casos testificados por médicos y patólogos, y su número aumentaría, probablemente, si se pudiera eliminar el temor al ridículo que conllevan los temas que, como éste, desafían las leyes científicas comúnmente aceptadas.


Fuente de Información: http://www.lo-inexplicable.com.ar

4 comentarios:

Noticias Justas dijo...

Cuando era pequeña ví en la tele un reportaje de estos y tenía un miedo pavoroso a ponerme a arder en cualquier momento y desaparecer entre mis propias cenizas...

claro que todo es posible, si te pones unas gotitas de kalium y te rocías con una botella de fuensanta, te pué pasar otro tanto de lo mismo...o con cualquier metal alcalino Li,Na,K,Rb,Cs...

En fin, ya se sabe que con fuego anda con fuego se quema y además te haces pis en la cama

Robert dijo...

...pa combustion espontánea humana deberias verme a las diez de la noche...
...alegria haber encontrado el blog tuyo,ya iré apareciendo si no me hechas....:)

kiko dijo...

María, indasec y a jugar con fuego q mola mazo¡¡¡

Robert, aqui no se echa a nadie, si acaso os tiro de risa¡¡¡

zampazampa dijo...

Te pego una hostia que te enciendo el pelo.

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